Desde el Observatorio de Migración Transnacional (OMT) de Bolivia, expresamos nuestra profunda preocupación por los hechos que desde tiempo atrás se vienen sucediendo entre la frontera de Bolivia y Chile. Días atrás más de cien trabajadorxs migrantes bolivianxs, entre ellxs niñxs, quedaron varados en la localidad de Colchane, expuestxs a las inclemencias del tiempo y teniendo que pasar la noche a la intemperie (a 3700 metros de altura y con temperaturas por debajo de cero), impedidos de retornar a Bolivia debido a que ingresaron de manera irregular a trabajar a territorio chileno y ahora enfrentan procesos administrativos que derivarán en su expulsión con todo lo que ello implica. Esta situación se suma a un sin número de hechos anteriores, donde la constante ha sido la vulneración de derechos de las personas migrantes e incluso su muerte (se tiene registro de más de medio centenar de personas muertas intentando cruzar esta frontera en los últimos años).
Recordamos que a fines del mes de febrero, Chile militarizó su frontera norte con Bolivia y Perú con el objetivo de frenar la inmigración irregular, dando atribuciones especiales a los militares como controlar la identidad, registro de equipajes o detener a personas para ser trasladas ante la policía de investigaciones (PDI) o ante los carabineros e incluso utilizar sus armas. El despliegue del ejército junto a la dotación de tecnología e infraestructura no es la única medida adoptada, también se está montando un ‘sistema de información fronterizo’ a través de módulos de observación de última tecnología (cámaras térmicas de visión nocturna, etc.) para controlar la circulación fronteriza en pasos no autorizados, así como sistemas de análisis biométricos en frontera para empadronar y registrar a migrantes. El laboratorio para todas estas medidas a ser replicadas luego en otras geografías fronterizas es la localidad de Colchane, frontera con Pisiga-Bolivia.
Consideramos que la militarización de la frontera lo único que hace es acentuar la irregularización y precariedad en los pasos fronterizos, criminalizando a trabajadorxs migrantes populares. Vemos con preocupación en el horizonte de corto y mediano plazo, la no disminución o desaparición de estas dinámicas migratorias laborales que se originan en la demanda de mano de obra, sino su mayor clandestinización y vulneración de derechos obligándolas a buscar rutas de mayor riesgo.
Frente a ello, denunciamos el silencio y bajo perfil de las autoridades nacionales que expresan un statu quo, que desde hace mucho tiempo atrás caracteriza al accionar público sobre el hecho migratorio en el país.
La Paz, Bolivia, 15 de abril del 2023.